jueves, 2 de agosto de 2012

DÍA 9: Escalofrío

Sigilosa...
... se coló por mi ventana sin apenas hacer ruido.
De puntillas...
.. avanzó por el pasillo como sombra del vacío.
 Se aproximaba...
... como presagio del infortunio premeditado.
Y entonces...
...
... ¡saltó sobre mí!...
... tapandome los ojos...
... con una rapidez sobrehumana y una fuerza desproporcionada...

... ¡¡GRITÉ!!... ella y su pasión por los thriller y las películas de miedo acabarán un día conmigo. Aviso.

Yo solo quería invitarla a tomar café. Yo solo preparaba, tranquila, en mi cocina, las pastas para acompañar la conversación... pero ella, y su gusto por el misterio, hizo que tirara la bandeja recién sacada del horno y, con el sobresalto, empujara también la cafetera... olvidemos el café y olvidemos las pastas. Ya no habría merienda.

Ella solo reía. Pícara. 

Terminamos en El Mandala, la mejor cafetería de la ciudad, mojando, ella la risa y yo aún el enfado, en una buena taza caliente de capuccino... intentando templar mi corazón, aún sobresaltado...



6 comentarios:

matrioska_verde dijo...

bien está lo que bien acaba.

biquiños,.

Unknown dijo...

Así es Aldabra!! Muy buenos días desde este ladito del charco.
Un beso.

M.G dijo...

Perfecto. Perfecta sincronización de ideas. Perfecta la estimulación de la atención. Perfecto el sobresalto. PERFECTO.

Unknown dijo...

Y para mi... PERFECTO tu comentario!!
MUCHAS GRACIAS!!!!

Menchu dijo...

Muy chulo el video, como de costumbre! Aunque de esta entrada me impactan más las palabras. ¿Quién no ha sufrido alguna situación de estas en las que la broma acaba en enfado monumental?
Recuerdo aquella tarde como si fuera la de ayer. Mi hermano y yo compartíamos apartamento cerca de Plaza de España, un bajo interior en una casa antigua. Una única habitación y, en esta primera experiencia, a él le tocaba dormir en el salón, así es que su cama estaba situada en uno de los rincones de este, opuesta a la puerta de la calle y cerca de la entrada a la cocina. Volví de la facultad a la hora de costumbre. Estaba sola así es que aprovecharía para hacer algunas cosas en casa. Tras un rato, y varios vaivenes a lo largo de la casa, me dirigía a la cocina cuando de repente algo me cogió el tobillo derecho. Creo que nunca en mi vida he estado más cerca del infarto!! Era mi hermano escondido debajo de su cama y con el rato graciosete.
Él reía, sin moverse del sitio, mientras yo me recuperaba del susto. Gritar, gesticular y soltar todo tipo de exabruptos en su contra fue todo una …
Tengo que recordarle esta situación la próxima vez que nos veamos. Creo que, tantos años después, nuestras sonrisas correrán parejas …

Unknown dijo...

Hola Menchu!! Si, creo que todos tenemos saltos de corazón que nos han paralizado alguna vez.

Yo comparto mi vida con un hombre maravilloso, que es tan bueno y pasa por al vida tan viviendo y dejar vivir que más que caminar parece que flota sobre el suelo... lo que implica que vivio en un constante estadode sobresalto, ya que me lo encuentro donde me lo espero jajaja, nunca le oigo entrar en casa!! AHora ya va creando técnicas de alerta (mover energicamente als llaves, venir avisando desde antes de entrar en casa... jajaja).

¡¡Gracias por su fidelidad una vez más!!

¡¡Un besazo enorme y feliz día!!