martes, 25 de septiembre de 2012

DÍA 63: "Desde la infancia da señales el ingenio"... dijo Séneca

Envuelta en las sosegadas sombras de mi habitación, rodeada de calma y despreocupación, viaja desde el pasado a mi recuerdo una soleada tarde en el aula universitaria.

El docente que dirigía la clase era un comunicador extraordinario con la grandiosa capacidad de llenar rebosante el auditorio de asistentes inscritos a su materia, llamemoslos residentes, y de otros cuya presencia se debía únicamente al curioso interés por sus palabras, llamémoslos visitantes. 

En cualquier caso su materia, siempre programada para la última hora de la jornada, vencía la desidia y el agotamiento, logrando día tras día una concurrencia atestada con extraordinaria escasez de espacios y asientos.

Sus clases versaban sobre conductas sociales e interacciones humanas, lo que aún motivaba más mi interés y atención.


Recuerdo tardes de ensoñaciones a través de sus palabras, él nunca se apoyaba en nuevas tecnologías, nunca usaba ordenador o presentaciones fundamentadas en imágenes proyectadas... simplemente usaba la complejidad de la palabra, del pensamiento y el conocimiento encarnados en sonidos y representaciones oníricas.

Su asignatura, anual, aportó a mi vida fundamentales puntos de vista, experiencias y conocimientos que, ahora puedo asegurar, rubricaron en mi caracter y discernimiento importantes contenidos que manipularon mi personalidad y mi destino.

De las muchas enseñanzas y pedagogías que él nos regaló recuerdo ahora, en la soledad de mi nostálgico cuarto, una que para mí, por su similitud con mi manera de ver la vida y por su apariencia ensoñada y certera, me ha acompañado a lo largo de los años y, como en su día hizo él, yo también he ido regalando a quienes han querido acogerla con cariño. Como ahora procedo a relatar...

Cuenta la historia que había una vez un niño pequeño, de unos dos años de edad, que, como cada día, daba la bienvenida a la jornada sentado en su silla trona tomando un apetecible desayuno junto a su madre, en la cocina. 

Quiso, caprichosa la mañana, que en esa ocasión el padre entrara sonriente en la habitación de una manera levemente distinta a como solía hacerlo de manera rutinaria... entró volando en la cocina.

 Llegados a este punto la reflexión radica en cómo serían las reacciones del resto de los presentes, la madre y el pequeño hijo.

No os sorprederéis si os desvelo que su esposa reaccionó de una manera desorbitada, con alarmados aspavientos, escandalizada, gritos, carreras descontroladas de manera circular y numerosos intentos desgañitados por atrapar al padre que... cómodamente... volaba cercano al techo con apacible gesto.

En cambio, el hijo, indiferente en su silla, se limitó a sonreir emocionado... como cada mañana. Extendiendo únicamente sus pequeños brazos para que su padre lo cogiera en su regazo... como cada mañana.

Para él, recién llegado a este extraño y diariamente sorprendente mundo, el hecho de que su padre llegara volando no presentaba ningún desconcierto, pues cada día vivía situaciones novedosas, en un mundo donde para él... todo era posible. 

La historia, simple y profunda, nos revela cómo un mismo hecho, con el paso de los años, con la educación establecida, con la evolución esperada y con el crecimiento previsto socialmente, hace que lo percibamos de manera diferente. 

Con el devenir del tiempo perdemos la capacidad de soñar, de ver las cosas de forma diferente.
Con el devenir del tiempo nos implantan pensamientos en serie, uniformados y homogeneos. 
Con el devenir del tiempo intentan instaurarnos carácteres prescritos a través de libertades proscritas...
... simplemente por el hecho de que "las cosas deben ser así"...

Rumiando este pensamiento, que había quedado dormido en mi recuerdo y esta tarde soleada he recuperado de paraderos olvidados en mi memoria, me recosté en la cama y, sonriendo, procedí a rescatar evocaciones de aquellos días en la Universidad... cuando las clases se llenaban de palabras vitales y de ansias de aprendizaje y sueños de futuro... 

... prometiéndome a mi misma, antes de caer rendida ante el sueño, que viviría una vida de librepensamiento... observando cada suceso con ojos de niño fascinado...
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HAY MAESTROS DE VIDA QUE MARCAN EL CAMINO DE FORMAS INSÓLITAS Y SINGULARES. 
PARA MI DON GERARDO PASTOR FUE UN GUÍA MÁS ALLÁ DE LOS MUROS DE CLASE.
¡GRACIAS MAESTRO!


4 comentarios:

M.G. dijo...

Potente enseñanza la recogida en este vídeo.
Felicidades por haber tenido la suerte de encontrar en tu camino a UN BUEN DOCENTE. Conserva esa huella siempre y si puedes, continua transfiriéndola como has hecho hoy. Gracias por la reflexión que nos has dejado.
FELIZ DIA.

Docecuarentaycinco dijo...

Gracias a ti M.G. Un beso muy grande y que tengas un muy feliz y provechoso día.

Menchu dijo...

Muy buena enseñanza y bonito el homenaje. Ojalá te lea tu maestro.
Y del video ... sin comentarios. Realmente hay gente increible por el mundo, capaz de enseñarnos a VIVIR, algo que debería ser tan sencillo pero que con tanta frecuencia complicamos!

Docecuarentaycinco dijo...

Buenos días Menchu, ojalá me lea, pero otra de las cosas que he aprendido es que, el que vive de eneseñar y motivar para la vida, no necesita conocer los resultados, en muchas ocasiones no los llega a ver y aun así sigue plantando semillas sin desfallecer... un día hablaré sobre esto ;). Aun así, por supuesto, me encantaría que lo leyera.
En cuanto al video... qué más se puede añadir, sin palabras.
Un beso enorme y ¡¡FELIZ DIA!! Se te echa de menos por aqui ;D.